Transcurrieron 14 años desde la última visita de David Byrne a Uruguay, pero la espera valió cada instante para sus admiradores. Byrne se presentó en el Teatro de Verano Ramón Collazo acompañado por una banda de 11 integrantes, y con un concepto de vanguardia que cautivó a la concurrencia que supo colmar la capacidad del recinto.
“American Utopia” es el undécimo álbum de David Byrne, quien fuera el principal músculo creativo de los estadounidenses Talking Heads – una de las bandas que en los ochentas condujo la creatividad por sendas antes impensadas.
“American Utopia” tiene la particularidad de ser el primer disco de Byrne en haber alcanzado el top 3 del Billboard Americano. Esto es debido a una inteligente campaña de marketing por la cual la compra anticipada del disco equivalía a una entrada para la gira en dicho país. La estrategia dio sus frutos, y 66.000 copias del álbum fueron encargadas, brindándole a Byrne la clase de notoriedad que antes lo había eludido.
La apertura del show le correspondió a la argentina Juana Molina, quien desplegó un set de aproximadamente 40 minutos junto a un multi-instrumentalista y un baterista particularmente ducho. El set incluyó temas como “Un Día” y “Sin Dones”, y Molina en un punto bromeó sobre su relevancia en el evento (“no sé para que vine a tocar hoy”), dado lo innovadora que sería la puesta en escena de “American Utopia”.
El set de Byrne dio comienzo media hora después con “Here”, la canción que corona “American Utopia”, y que Byrne interpretó solo en el escenario, sentado con un cerebro en la mano, que se convirtió en el objeto de sus ponderaciones.
Su extensa banda emergió paulatinamente, y para la segunda canción (“Lazy”, un cover de X-Press 2) ya todos eran visibles. El grupo incluía sendos percusionistas (entre los cuales se dividía la configuración de una batería tradicional, tocando cada uno cuerpos distintos así como otros instrumentos rítmicos), dos coreutas/bailarines, un tecladista, una guitarrista y un bajista que supo ganarse al público con su particular ímpetu.
Todos estos músicos campaban por el escenario junto a Byrne, y cada canción estaba munida de una coreografía propia. Este concepto de “banda móvil” fue inspirado en la gira que Byrne llevó a cabo con St. Vincet hace unos años, en la cual la sección de vientos podía desplazarse libremente. El escenario, además, estaba estructurado de modo tal que las cortinas podían ser atravesadas en todo sentido, lo cual permitió una serie de peripecias infinitas, como convertir un lateral en una pantalla de televisión que Byrne cruzó al finalizar “I Should Watch TV”.
Además de las mejores composiciones de “American Utopia”, el set incluyó canciones solistas como “Like Humans Do” (quizá el tema que más remonta al sonido angular de Talking Heads), y canciones como “Dancing Together” (una colaboración con Fatboy Slim).
En lo que respecta a Talking Heads, personalmente hubiera deseado que se incluyeran más canciones de “Fear Of Music” como “Air, “Heaven”, o –muy especialmente– “Life During Wartime”. Y a pesar de la insistencia con la cual cierto sector del público la solicitó, Uruguay tampoco habría de escuchar “Psycho Killer” esa noche. Sí fueron incluidas “Slippery People” y “Naive Melody” de “Speaking In Tongues”, junto con varias selecciones del excelente “Remain In Light”, una de las más salientes colaboraciones de Talking Heads con Brian Eno (el enfant terrible de Roxy Music, y uno de los mayores catalizadores de la banda).
Y de “Remain In Light” fue precisamente extraído el tema con el que dio fin el concierto – “The Great Curve”. La canción incluyó un mini-partido de fútbol entre los miembros de la banda (!), y un descollante solo de guitarra.
Aún compartiendo imágenes, es imposible definir la experiencia estética que “American Utopia” conjura sobre un escenario. Para quienes no estén familiarizados con la obra de Byrne, es una ocasión irrepetible para presenciar un espectáculo que trasciende límites. Y para los fans –esos que en este caso puntual habían esperado no menos de catorce años– es una alegría inmensa poder corroborar que (como dice la letra de “Born Under Punches”) “you know that the heat goes on… this heat will always go on and on”.