Fuga Disociativa: entrevista a Tabaré Rivero

(PH: Natalia Rovira)

Como toda banda con una carrera longeva, La Tabaré se encuentra en pleno proceso de revalorización y reafirmación de su propuesta artística. Y este proceso derivó en un nuevo espectáculo, que se da a conocer como “Fugas Disociativas”.

Como si de un diálogo entre dos mitades de la misma persona se tratara, la banda estará presentándolo en los escenarios del Teatro Solís y de la Sala Zitarrosa de manera casi consecutiva, los días 28 de abril y 5 de mayo.

Sobre estos nuevos conciertos y la relevancia que la banda ha logrado sostener en el tiempo, conversamos con Tabaré Rivero – el fundador y principal artífice del grupo desde su incepción misma, hace ya más de 30 años.

–“Resistencia cultural en una época oscura”. Así es como el artista gráfico Rocambole define a la música de Los Redondos. Y pienso que esa frase se aplica también a la Tabaré. Pero claro, en 30 años cambiaron muchas cosas. Y hoy en día me pregunto, ¿la resistencia cultural desde dónde se articula, y ante qué se posiciona?

–Es una pregunta interesante… todo ha cambiado tanto que hay que plantearse eso prácticamente todo los días. Si bien empecé haciendo teatro en la dictadura y teníamos muy claro desde dónde y ante quién, las cosas han ido variando. Creo que la posibilidad de ofrecer cultura –o mejor dicho, una contracultura– implica darle a la gente otra herramienta de elección. Así que esa es la perspectiva, nos ponemos del lado libertario. Y a mí me gusta mucho exagerar con la libertad, si se quiere, y tratar de mostrarle a la gente que tiene ganas de indagar o hurgar en la cultura que hay otras posibilidades de las que los medios de comunicación te obligan a escoger.

Ahora, el desde dónde y para quién… es verdaderamente complejo. Estamos en constante cambio, y por eso es que ha cambiado tanto la banda también. Un día se canta para el marginado, otro día para el intelectual aburrido, otro día se canta para el que no tiene nada que ver ni con el marginado ni con el intelectual aburrido…

–Y muy en el fondo (o quizá no tanto) uno sabe que todo tiene que ver con todo…

–Claro, todo tiene que ver con todo de alguna manera. Pero no hay un enemigo común, evidentemente. O mejor dicho, hay varios enemigos en común.

–Y como toda banda que tiene una cierta continuidad, La Tabaré hoy en día está en esa clase de instancia en la que evalúa y reafirma su identidad. Y ahora justamente tienen una nueva presentación que se plantea como dos shows distintos (“Fugas Disociativas”), y lo veo como una forma de repensar la identidad del grupo en una época donde hay canciones como “Aquel Cuplé”, que llevan implícitas el mensaje de que quizá la banda ya pueda haber cumplido su cometido.

–Mirá, hay gente que después del toque en el Teatro Solís el año pasado llegó a decirme “te estás despidiendo, ¿no?”. Incluso me lo dijeron con un poco de preocupación, como pensando que yo estaba enfermo. Y les dije que no.

Yo ya cumplí con muchas cosas de mis sueños. No sé si con las expectativas del público, pero sí con las que yo tenía, y con las que me imaginaba que podía llegar a tener dentro del ambiente artístico. Pero igual me siento con ganas de seguir constantemente haciendo cosas.

–¿Sentís que las expectativas que puede tener un público a veces conspiran contra el hecho mismo de presentarse en vivo? ¿Sentís el peso de lo que la banda es (o lo que representa para algunas personas) al pisar el escenario?

–Sí, lo siento a veces. Cuando uno se hace un poquito más conocido de lo que uno esperaba, ya las cosas cambian sobremanera. Yo antes escribía para mí, y siempre defendía esa postura de que uno compone para sí mismo, y si al público le gusta bien, y si al público no le gusta mala suerte. Que es una manera un poco egoísta de verlo, pero lo que trato de decir con esto es que yo no trato de componer éxitos.

Pero por otro lado, eso no es del todo cierto, en el sentido de que a mí me gusta que el público vaya a mis conciertos. Es como una especie de doble discurso. Y además, en determinado momento ya no compongo para mí, porque al expresarme pienso en no repetir lo que ya he dicho. Y antes, cuando componía para mí no me importaba eso. Ahora no, ahora soy consciente si me repito al escribir un verso. Continue reading